Con el puente ya aquí, muchos aprovechan para viajar y conocer nuevos destinos, pero para muchos se convierten en días dedicados al deporte, como son los torneos de fútbol. Una actividad que en principio tendría que servir para que los más pequeños disfruten y aprendan valores, pero que en muchas ocasiones es ensuciado por las malas conductas de los adultos. Sí, estamos hablando de la violencia en el fútbol base.

Agresiones, insultos, son el pan de cada día que se vive en los partidos de categorías prebenjamín (6 y 7 años), benjamín (8 y 9 años), alevín (10y 11 años), infantil (12 y 13 años) y cadete (14 y 15 años). Para los propios jóvenes son circunstancias de lo más incómodas, y son ellos mismos los que son conscientes de las faltas de respeto que protagonizan sus padres, hasta el punto de recriminarles su forma de actuar.

En otras ocasiones, estas conductas no hacen otra cosa que añadir tensión a los niños. José Bravo, profesor de Educación Física y coordinador del departamento de Educación Física del Colegio San Luis Felca, en Usera, explica lo siguiente: "El deporte es pasárselo bien, disfrutar, y no solamente ganar o querer que mi hijo sea el mejor. Lo importante es adquirir valores como la amistad, el respeto, el buen juego, y eso es fundamental para una buena sociedad".

Para acabar con la violencia, la Policía Municipal y el área de Deporte del Ayuntamiento de Madrid han creado la campaña "Para la violencia no hay entradas". Se trata de una iniciativa que incluye actuaciones como el seguimiento de la conflictividad, la formación al personal arbitral, la formación a entidades deportivas y su entorno, o la entrega de un sello de calidad a las entidades colaboradoras cuando la conducta sea ejemplar.

En estas acciones es fundamental concienciar a los padres. Paloma Morales, comisaria principal de la Policía Municipal de Madrid, ha explicado que lo que pretenden es hacerles entender que, lo que no les gusta para sus hijos, no lo pueden hacer hacia los de los demás. Hasta ahora, la campaña incluye a 4 distritos, aunque el bjetivo es ampliarlo en un futuro a más zonas de Madrid.