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¿Qué me puede pasar si dejo de comer voluntariamente algún alimento?

El 43% de la población española ha eliminado alimentos de su dieta. Un tercio, de forma voluntaria, sin diagnóstico médico

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Sefi García
Redactora de sociedad y cultura

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 14:51

El 43% de los españoles han dejado de comer algún alimento por intolerancias o alergias, pero sobre todo por voluntad propia. Supone un 3% más que el año anterior. Los mariscos en general (el 24%) y los lácteos (el 35%) en aquellas personas que presentan intolerancias son los alimentos que más han dejado de consumirse. La demonización de algunos ha llevado a 3 de cada 10 a dejar de consumirlos, aunque no nos generen problemas de salud.

Alergia, intolerancia y voluntad propia

Robert dejó de comer bollería industrial y comida rápida “fue hace dos años porque quería cuidarme, y me pareció que no era tan difícil”. Casilda dejó la Coca Cola “porque me sentaba mal y la he cambiado por zumos naturales y otras bebidas que me van mejor, aunque de vez en cuando me tomo una porque me gusta mucho”. La vida sana nos va atrapando poco a poco a todos y abandonamos alimentos, generalmente con cabeza, pero no siempre.

Unos dos millones de adultos son alérgicos o intolerantes a algún alimento, según los médicos de atención primaria españoles. Algo más del 4% de la población adulta. En los niños, el porcentaje está dos puntos por encima, en algo más del 6%, aunque suele desaparecer conforme crecen. La Sociedad Española de Alergología detalla que son la quinta causa de consulta médica en adultos y la tercera en niños.

La alergia alimentaria supone que tu cuerpo no es capaz de tolerar un determinado tipo de aliento: fruta, los frutos secos, marisco, la leche, las legumbres... por esa razón tienen que desaparecer de nuestra dieta. En el caso de la intolerancia, es nuestro sistema digestivo el que es incapaz de digerirlo. Pero eso no significa que tengamos que eliminar radicalmente el alimento, o sus derivados.

Sin embargo, el estudio realizado por AEGON señala que hasta el 43% han abandonado el consumo de algún alimento, a pesar de que solo el 12% aseguran haberlo hecho por alergia o intolerancia.

La prevalencia parece aumentar exponencialmente año a año, aunque los especialistas no tiene muy claro si se debe a que cada vez hay más personas con alergia o intolerancia, o “lo que aumenta es el diagnóstico de estos casos-aclara la nutricionista Beatriz Robles- porque había muchas personas que mostraban un malestar, sobre todo en el caso de las intolerancias, o incluso de las sensibilidades al gluten, pero no podían atribuirlo a nada, de encontrar el origen. De unos años para acá si se diagnostican estos casos”.

¿Por qué dejamos de comer alimentos si no somos alérgicos o intolerantes?

Begoña Robles señala que de unos años a esta parte “ha habido muchas tendencias en redes sociales demonizando determinados alimentos, o determinados compuestos de los alimentos. Lo hemos visto con la lactosa: se le atribuyen numerosos aspectos adversos para la población general que no son reales para las personas que no tengan una intolerancia diagnosticada. Está pasando también con el gluten del que se dice que es origen de muchísimos trastornos diferentes, mucha gente piensa que los alientos con gluten incrementan el riesgo de sobrepeso u obesidad, y esto no es así”.

Esta tendencia preocupa y mucho a los dietistas-nutricionistas" porque se está complicando la alimentación de la población en general, que se ven sometidos a restricciones alimentarias absolutamente innecesarias que complican su día a día, que complican su dieta, que no van a tener beneficios, y que al final comer bien parece algo complicado e incluso pueden acabar comiendo peor, porque las personas que evitan el gluten pueden estar escogiendo alimentos formulados sin gluten, pero que siguen siendo bollería, cereales con harinas refinadas, pero sin gluten, entonces tampoco están mejorando su alimentación. En definitiva, es una manera de alejar a la población de unas buenas pautas alimentarias y complicarles su alimentación sin ningún motivo real sanitario”.

Nunca sin un diagnóstico médico

El consejo de la experta es que no tomemos decisiones sobre nuestra alimentación sin consultar antes a un médico que pueda determinar que ese alimento que parece causarnos molestias realmente nos produce una reacción adversa “porque muchas veces retiramos el alimento que nos produce molestias y esto complica el diagnóstico efectivo porque, por ejemplo, si se elimina el gluten, para realizar el diagnóstico tenemos que reintroducirlo, en otros casos se retrasa el tratamiento terapéutico eficaz porque el problema no es una alergia o intolerancia...por eso insisto, el diagnóstico tiene que ser médico”.

Otra preocupación de Beatriz Robles es la proliferación en internet de test masivos de intolerancias alimentarias “que nos podemos hacer en Internet, que se venden en la calle y que no tienen ninguna validez científica, así que el diagnóstico en una consulta médica”.

Los alimentos que más alergia e intolerancia provocan

Hay algunos clásicos, el caso de las alergias a los huevos que se manifiestan en niños pequeños, la alergia a la proteína de la vaca...”pero en España hay bastante alergia a determinadas frutas como los melocotones e incluso se produce una alergia cruzada, cuando tenemos alergia respiratoria a determinadas plantas, y tenemos alergia cuando nos comemos la fruta de esas plantas. Tenemos que tener en cuenta que a pesar de que haya una gran cantidad de personas alérgicas a alimentos, cualquier persona podría desarrollar una alergia a cualquier alimento”. A la primera sospecha, al médico


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